Hist. Colonos catalanes del norte del río Llobregat o Cataluña Vieja que, a diferencia de los situados al sur (Cataluña Nueva), estaban adscritos a una tierra ajena, de la que solo podían salir pagando la o remensa, una cantidad fijada arbitrariamente por el dueño de la tierra, como precio de la rescisión. Estaban sometidos al de Aragón y Cataluña, que, además de sus prestaciones específicas, incluía poder darles muerte por hambre, sed o frío. Tras numerosas tensiones fueron liberados por la decisión o laudo arbitral de Guadalupe, con Fernando II en 1486, que fijó la remensa en 60 sueldos por manso, pagaderos al contado o a plazos (Pérez-Prendes, 2004).
