regla de instituto de vida consagrada

A lo largo de la historia han destacado la regla de san Basilio (s. iv), para la vida eremítica; la de san Agustín (s. iv), para los canónigos regulares; la de san Benito (s. v), para los monjes; y la de san Francisco (s. xiii), para los frailes mendicantes. A partir del Concilio Lateranense IV (1215), se formaron familias religiosas en torno a las reglas principales. Los códigos legislativos de los clérigos regulares y de los institutos religiosos de los ss. xvii-xviii no son reglas propiamente sino constituciones.