Adopta también otras formas, pertenecientes a la doctrina de los actos propios, con un significado común '
nadie puede ir contra su propio acto': y . Resume la prohibición de actuar contra los propios actos. Se ha estimado que para que pueda considerarse infringido por la Administración debe ser clara la existencia de un cambio de designio entre dos decisiones administrativas (
STS, 3.ª, 23-XI-1999, rec. 3814/1998). Desde antiguo se ha puesto en conexión con el principio
non est tolerabilis ignorantia in facto proprio ('
no es tolerable la ignorancia en un hecho propio') con el que se excluyen el error o la ignorancia como causas legitimadoras del actuar contra el propio acto. En sentido contrario se pronuncia una máxima formalmente parecida
sapientum est mutare consilium ('
es propio de sabios el cambiar de opinión') invocada por el Tribunal Supremo para justificar la modificación de su doctrina en aspectos concretos (SSTS, 2.ª, n.º 1501, de 27-IV-1990, y n.º 588, de 25-II-1989).