Por los actos de disposición, el propietario de un bien o de un conjunto de bienes transfiere la propiedad a otra persona, con contrapartida económicamente apreciable (actos a título oneroso) o sin ella (actos a título gratuito). Los actos de administración y de conservación contemplan únicamente acrecer o, al menos, mantener el valor de sus bienes en el seno de su patrimonio. El derecho canónico actual dedica a los «
actos jurídicos» algunas disposiciones codiciales, donde recoge principios análogos a los civiles (
CIC, c. 124 § 1;
CCEO, c. 931 § 1).