Can. Realidad eclesial concreta, con una participación prioritariamente laical, un itinerario de fe y testimonio cristiano, cuyo método pedagógico se funda en un determinado carisma donado a su fundador (Juan Pablo II, Mensaje al Congreso Mundial de los Movimientos de 1988, en PC Laicis 1999, 18).Fenómeno de origen carismático, con caracteres de tipo estructural (es básicamente laical, abierto a fieles de toda condición y estado eclesial, de ámbito universal, con formas de pertenencia y compromiso muy diversas y flexibles, y que acentúan la dimensión de «comunión») y otros rasgos espirituales, principalmente el claro dinamismo apostólico que los anima y el empeño por revitalizar y actualizar la experiencia cristiana, junto a su capacidad de respuesta ante la secularización. A nivel pastoral, el aspecto básico que debe resolverse es su adecuada inserción en las iglesias particulares.