Gral. Locución usada para referirse al requisito exigido por algunas leyes a los profesionales que aspiran a ocupar ciertos altos cargos.«La noción de jurista de reconocido prestigio, por su carácter abierto, es susceptible de ser entendida de diversas maneras pero solamente una es la procedente. Y a la búsqueda de ese significado se ha aplicado la sentencia, sirviéndose para ello de los materiales ofrecidos por la propia Ley: el texto del precepto y, particularmente, su preámbulo» (STS, 3.ª, 9-V-2011, rec. 1962/2009).