Curia regia

Estuvo compuesta por la aglutinación en torno al rey de una serie de personajes significativos del reino, entre los cuales destacan los miembros del palacio regio, los comes y duces territoriales y otros denominados comites sine terra, aunque también se nutre de oficiales de diferente rango, entre los que a veces se menciona a merinos. Formaban parte de la Curia o estaban presentes en algunas de sus reuniones la reina y la familia real. La convocatoria era realizada por el rey, que podía hacerlo de dos formas, dando lugar a dos tipos de reuniones: a) Curia regia ordinaria, que se reunía para asesorar al rey sobre asuntos cotidianos de gobierno y de la que formaban parte la familia real y los personajes, nobiliarios o eclesiásticos que residían en la Corte, y b) Curia regia extraordinaria (plena, solemne o pregonada), que era convocada por el rey para asuntos extraordinarios y reunía a altos personajes del reino especialmente convocados por el rey. En ambos casos, el rey convocaba a quienes consideraba, sin que nadie tuviera derecho a ser convocado; no obstante, el convocado tenía obligación de acudir a la llamada, como consecuencia del deber de consejo que afecta a todos los súbditos, estando penalizada la no comparecencia en el plazo fijado con la ira regia. Sus dos formas de convocatoria van a derivar en dos órganos fundamentales para la administración y gobierno de la monarquía que se desarrollarán posteriormente: la Curia regia extraordinaria dará lugar a las Cortes cuando se convoque, además de a nobles y eclesiásticos, también a los burgueses, representantes de las ciudades, a partir de finales del siglo xii; y la Curia regia ordinaria dará lugar a los consejos a partir del siglo xiv.