Diccionario panhispánico del español jurídico

dpej.rae.es

azote

1. Hist. Instrumento de suplicio formado con cuerdas anudadas y a veces erizadas de puntas, con que se castigaba a los delincuentes.
2. Hist. Pena corporal que se imponía por determinados delitos.
En la tradición histórica española tenía consecuencias infamantes, ya que quien hubiera sido azotado no podía ser testigo ni tener oficio público. P 7, 5, 6; P 1, 64, 5; P 3, 8, 16; P 6, 9, 10; P 7, 3, 5.
La abolición de la pena de azotes en toda España se acordó por Decreto de las Cortes de 8 de septiembre de 1813, que estableció: «Las Cortes generales y extraordinarias, convencidas de la utilidad de abolir aquellas leyes por las cuales se imponen a los españoles castigos degradantes, que siempre han sido símbolo de la antigua barbarie y vergonzoso resto del gentilismo, han venido a decretar y decretan: 1.º Se declara abolida la pena de azotes en todo el territorio de la monarquía española. 2.º Que en lugar de la pena de azotes se agrave la correspondiente al delito por que el reo hubiese sido condenado; y si esta fuere la de presidio u obras públicas, se verifique en el distrito del tribunal, cuando sea posible. 3.º La prohibición de azotes se extiende a las casas o establecimientos públicos de corrección, seminarios de educación y escuelas. 4.º Estando prohibida la pena de azotes en toda la monarquía, los párrocos de las provincias de ultramar no podrán valerse de ella, ni por medio de castigo para con los indios, ni por el de corrección, ni en otra conformidad cualquiera que sea. 5.º Los M. RR. arzobispos, RR. obispos y demás prelados ejercitarán con toda actividad el lleno de su celo pastoral para arrancar de su diócesis cualquier abuso que en esta materia advirtieren en sus párrocos, y procederán al castigo de los contraventores con arreglo a sus facultades. 6.º Del mismo modo procederán los prelados eclesiásticos contra aquellos párrocos que, traspasando los límites de sus parroquias, se atrevieren a encarcelar o tratar mal a los indios». La costumbre de castigar con azotes en las escuelas se hizo desaparecer por Real Orden de 25 de agosto de 1834.