aposento

Es una prestación muy relacionada con el yantar, que obliga a los naturales a dar comida al rey y su familia cuando pasan por los lugares del reino al moverse por cualquier motivo, especialmente por ser la corte itinerante. Los vecinos de las ciudades y villas tenían la obligación de dar aposento a cuantos viajaban con el rey en sus traslados, debiendo el aposentador buscar alojamiento adecuado para cada uno de los personajes, según su categoría y siguiendo un estricto orden de prelación, debiendo el Concejo nombrar a un regidor que ayudara en las tareas, excluyendo a los que estaban exentos de la prestación, así como a iglesias y monasterios, cuestión no siempre respetada porque en numerosas ocasiones precisamente en ellos se alojaba a los personajes más principales y se celebraban las reuniones de Cortes u otras que debieran los órganos de la Administración. Los excesos cometidos por oficiales reales hacen que se vaya evolucionando hacia el recorte de la prestación desde Alfonso X y a la exención de aposento a numerosas localidades, reduciendo la prestación al rey y su familia, debiendo el resto de la corte y oficiales pagar un precio a los dueños de las casas en las que se alojan, además de hacerlo con consentimiento de los dueños y no de forma obligatoria. Evoluciona hacia el aposento de corte cuando esta se fija en Madrid.